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8 de mayo de 2012

The love really hurts




Y, de repente sientes que todo está mal, que no va a funcionar, decides dejarlo y pasar página, decides pedirle que se olvide de ti, de lo vuestro y que no te llame más, notas que desaparecen más de 10 kg de tu cuerpo en cuestión de segundos sin saber que el tormento viene después. Pasan las horas y sufres, más de lo debido, más de lo normal pero no lo puedes evitar, lloras y te arrepientes, comes helado intentando calmar el dolor que circula por tus venas, pero ni la dulce tarrina de chocolate helado consigue animarte, te enciendes un cigarro, lo fumas lentamente, intentando hacer formas con el humo para despistarte mientras escuchas música alta en tu móvil o mp3 para intentar no escuchar lo que hay fuera y simplemente cerrar los ojos y intentar tele transportarte lejos, donde nada te hiere. Pasa el tiempo y te sientes fatigada, cansada o incluso rota. Sientes el dolor en partes del cuerpo que ni imaginaste y sin querer, vuelves vagamente a recordarle, y recordar todo lo que vas a dejar de lado y los buenos momentos que acabas de destrozar solo para "sentirte mejor" vuelves a llorar, vuelves a herirte a ti misma y piensas: Ya está, ya no más lágrimas he echo lo que debía y nada ni nadie podrá hacer que me eche atrás, pasan los días y no tienes apetito, o simplemente, no concilias el sueño solo duermes para tener pesadillas y intentas no hacerlo, no estás atento al trabajo o al estudio, tampoco a las personas que te hablan porque tú solo estás en tu mundo, no quieres dar explicaciones, no quieres hablar de ello porque sabes que volverás a llorar, sonríes a unas malas para mostrar al resto del mundo que estás bien y que dejen de preguntar pero realmente los que te conocen saben que no estás bien y te siguen bombardeando con preguntas que te hacen recapacitar. Tu orgullo te dice que no pedirás perdón ni admitirás tu error ante esa persona pero tu corazón solo anhela poder refugiarse del mundo en sus brazos y sí, quizás no sea el mejor remedio pero es el que te pide tu corazón. Vuelves a casa, te encierras en tu dormitorio y vuelves a poner la música a todo volumen para evitar pensar, cantas y mientras cantas esa canción deprimente que solo te recuerda a esa persona vuelves a llorar, vuelves a sentir ese dolor agudo en la garganta que no te deja tragar con facilidad, vuelves a notar como pierdes la coherencia y la fuerza cada vez más rápido, con cada lágrima más solo sientes dolor, un dolor que quizás no sea como una herida en el brazo pero sí en el corazón. Y así pasan los días, intentando pensar si deberías o no arreglarlo, pero casi nunca lo hacemos, la mayoría de las veces dejamos en el pasado lo que podría haber sido un bonito futuro por solo: "sentirnos mejor", el ser humano no es perfecto, ningún ser vivo lo es en el planeta, pero si algo realmente puede sentir, es el dolor del amor.

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