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13 de mayo de 2014

Reflexiones humeantes.

Vivo inmersa en una burbuja de humo constante, humo de un cigarrillo que se consume con el tiempo como se consume mi efímera vida. 18 inviernos he pasado ya, 18 duros, fríos y largos inviernos que han dejado trastocado y congelado este joven corazón. Ando buscando un caliente corazón en el que esconderme y hallar la paz que esta melancólica mente necesita. Quizás después de tanto tiempo no encuentre la paz jamás y como dice la canción "aquí dentro tengo paz pero fuera he de dar guerra". Me deprime ver como tanta gente a mi edad ha sido introducida en el mundo de las drogas gracias a sus propios amigos. La gente ya no lee libros, como mucho revistas de coches. La televisión entretiene al populacho con programas pésimos sobre la vida de los famosos que ganan dinero gracias a la audiencia que le dan las personas que a las 16:00 encienden su televisor para ver "Sálvame". Digitalizan los libros en pdf con la triste esperanza de que así los adolescentes puedan leer desde sus casas. Quizás por si alguno de ellos tiene vergüenza de que sus amigos los drogodependientes le vean entrar a una biblioteca pública y salir con un libro. Lo mejor de todo es que ahí no termina la cosa. Los adolescentes adoran salir un viernes por la noche, pasar 2h en la calle mínimo bebiendo alcohol del barato -ese de 4€ de mercadona- para alcanzar tal punto de embriaguez en el que entran a la discoteca sin saber ni tan siquiera sus nombres y salen a las 2h a vomitar. Adoran pisar la pista de baile y dejarse llevar por las luces de colores y la música envolvente. Otra cosa que me quita el sueño es el interés que ponen los adolescentes en criticar a alguien por su aspecto o por el grupo de amigos al que pertenece. Insultan tanto a las personas con sobrepeso como a las esqueléticas, insultan a las que se maquillan y a las que no lo hacen, a los que llevan gafas, a los que visten ancho, a los que utilizan ropa "barata del mercadillo" y a los que se dejan 90€ en una prenda de vestir por el lujo de llevar detrás una etiqueta con una simple marca. ¿Dónde quedaron las libertades a ser uno mismo sin ser discriminado? ¿Dónde quedo el tumbarse en el césped aprovechando el sol para leer una buena novela? ¿Por qué los niños de 13 años no salen a la calle a jugar en vez de estar conectados a una play station o a un ordenador?

Porque estamos en el S.XXI, porque las cosas no son como antes y los tiempos han cambiado. Porque ahora eres más aceptado por la sociedad si les imitas y no eres tu mismo, porque si te pasas un juego eres más "guay" que un niño que ha conducido a su equipo de futbol amateur del barrio a la victoria. Los niños ya no tienen canicas, cromos, tazos o peonzas de madera. Los niños tienen mandos de play, móviles de última generación y tabaco sustraído a sus padres para hacerse el guay y fumar delante de sus amigos.

En fin, esta es la sociedad de hoy en día, y por mucho que me gustaría cambiarla, enseñarles a todos mi colección de novelas sin que me miren como a un bicho raro, eso ya no es lo que se lleva, ahora, señoras y señores tengo que fumarme un porro, poner la musica a tope en el movil y ser super conocida en el instituto por haberme pegado con 2 o 3 y salir victoriosa para que los demás piensen que "molo".

Nuestra sociedad está como nuestro país, en decadencia.