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11 de agosto de 2019

Paz



Sé que hace mucho tiempo que no escribo, a veces es por falta de tiempo y otras por que no tengo nada que contar, pero hoy contemplando las vistas del valle de arán he sentido la necesidad de contaros como me siento.

Sentada en el balcón veo las nubes acariciar la cima de las montañas con un paso lento pero decidido, las montañas están repletas de árboles que también mueven sus ojas con la brisa, y éstas bailan al compás, se escucha a los primeros pájaros de la mañana cantar y el río que baña que baña los pies de las montañas también emiten un sonido suave.

Aunque estamos rodeados de carreteras, no pasan coches por lo que sólo escuchas a la naturaleza hablándote, sientes la fría brisa que se te mueve el pelo alborotandolo, a lo lejos veo el humo de las chimeneas salir de algunas casas, que con su calor inundan cada rincón.

Puede que para los que me leéis no sea gran cosa, pero os puedo asegurar que en estos momentos solo tengo paz.

Todas las preocupaciones, las molestias o los problemas desaparecen cada vez que miro al horizonte, no pienso en la universidad, no pienso en que estaré haciendo cuando termine la carrera ni pienso en como enfócare el trabajo de fin de grado.

Pero hay algo en lo que si pienso, pienso en que muchas veces la gente se dedica a disfrutar de sus vacaciones con el móvil pegado, se dedican a hacer fotos, vídeos, a contar a los demás lo que están haciendo cada cinco minutos, pero no se paran a mirar realmente lo que tienen frente a los ojos. No se si será por miedo a descubrir que se están perdiendo la vida delante de sus ojos, o si tienen miedo de darse cuenta de que mientras ellos están absortos en la pantalla de su smartphone, la vida sigue, la naturaleza sigue abriéndose paso frente a sus ojos, los pájaros siguen cantando y las nubes siguen acariciando la cima de las montañas.

Creo que a veces lo único que necesitamos es dejar nuestro smartphone en casa y salir a ver lo que tenemos frente a nuestros ojos y que no vemos día tras día.

Creo que todos necesitamos ver un sitio como este para recordar lo bonita que es la vida.

Y sobretodo, creo que sigo siendo capaz de contaros esto como hace unos años atrás.

Os deseo lo mejor, muchos años de vida para poder disfrutarla.

11 de febrero de 2019

Cada átomo de su preciosa existencia.


Y de repente, encuentras a alguien que quiere pasar todas sus horas contigo, que no le importa si estás depilada, maquillada o en pijama con el pelo alborotado.

Te acepta tal y como eres, pero es que además se empeña en demostrarte que para él lo eres todo.

Y es abrumador, pero en el buen sentido, te acaricia las mejillas o te coge de la mano y sientes como todo tu cuerpo se inunda de un sentimiento de paz y de ternura. Y te importa una mierda el mundo exterior, solo quieres envolverte entre sus brazos y dormitar sobre su pecho.

Y le miras, y sientes que lo tienes todo, que nació para ti y tu naciste para él.

Y comprendes muchas cosas, comprendes que el amor romántico no duele, que no tienes que fingir ser perfecta las 24 horas, por que él realmente quiere verte con tus pintas, y no le importa si estás resfriada o si no te ha dado tiempo a depilarte, porque a sus ojos sigues siendo perfecta.

Y comprendes a Romeo y Julieta, comprendes que ser mortal es una mierda, y sientes que cada segundo vale oro, y se te escapa el tiempo entre los dedos.

Sientes que el destino por fin ha cruzado vuestros caminos, y te juras que en cada vida volverás para buscarle, odias el daño por el que ha tenido que pasar antes de conocerte a ti, odias cada lagrima que ha derramado, odias cada golpe que la vida le ha dado, y te sientes impotente, por no haber estado ahí antes.

Te prometes que no permitirás que vuelvan a hacerle daño, y que le cuidarás cada día de tu vida, que lucharás por los dos, que juntos como un equipo lograreis salir adelante cuando la vida se ponga caprichosa y de uno de sus revés.

Entonces cumples tus metas, o tienes una buena noticia y te das cuenta de que la primera persona a la que quieres contárselo es a esa persona especial, porque sientes que es tu otra mitad, y que no estás completo si no se lo cuentas, por que lo más bonito es poder celebrar un logro o meta personal con alguien especial.

Nunca pensé que existiría.
Siempre tuve la esperanza dentro de mi de que algún día le encontraría. Y ahora está aquí.
Se ha vuelto real, tangible, ya no existe solo en mi imaginación.

Juro que amo cada puto átomo de su preciosa existencia.