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6 de marzo de 2014

Recuerda quien eres.


"Sus rizos tan parecidos a los de cupido y su sonrisa tan sincera como la de un recién nacido que sonríe por primera vez al mundo. Recuerdo su voz a las 8 de la mañana dándome los buenos días y recordándome que soy su princesa. Las yemas de sus dedos tan suaves secando las lagrimas que caían por mis mejillas. El final acercándose, a pasos agigantados. Y yo mientras recordando aquella canción que decía: "propongo escaparnos del fin una noche más". Propongo marchar atravesando ciudades, países y continentes rumbo a otro lugar donde nadie nos conozca y podamos inventar nuestra historia a nuestro antojo. ¿Que tal méxico? Preguntaba yo, con Carlos Santana de fondo en el coche y a 120km por hora. Recuerdo mirarle la cara mientras el conducía, mirarle y detenerme en cada centímetro de su rostro y guardándolo en mi memoria para que así al cerrar los ojos pudiera volver a verle. Recuerdo el color brillante de sus ojos marrones y también me veo a mi a las 10 de la mañana un sábado en su dormitorio llevándole una taza de café únicamente vestida con el encaje negro y su camisa vaquera.
Me hubiera gustado poder contarle a mis nietos cómo era él, describirle nuestros altibajos y nuestras conversaciones por teléfono a altas horas de la mañana pero cuando le recordaba mi rostro se tornaba taciturno y una tristeza inundaba mi ser al volver a recordar que él únicamente existió en mis mejores sueños. Que soñé con el mil y una noches, viviendo historias diferentes y durmiendo más horas al día de lo normal solo para volver a verle. No sabía su nombre, ni su procedencia, tampoco su edad, tan sólo sabía que fue un ángel que se poso en mis sueños y que a día de hoy alguna noche vuelvo a soñar con él. Cuando las luces se apagan y vuelvo a ocultarme bajo las sábanas, yo y mi soledad."
No sé cuantos días, meses o años me quedan, solo sé que a mi edad debemos disfrutar de cada momento como si fuera el último, amar como si cada nuevo amante fuera el primero, dar sin recibir a cambio, hacer locuras que acaben en un susto pero que luego podamos reír recordándolas. Y es que mi vida se basa en recuerdos, mi adolescencia se va terminando y debo convertirme en una adulta, y os aseguro que no quiero, no quiero crecer, como le pasaba a Peter Pan, quiero seguir siendo aquella niña que no tenía preocupaciones, y a la que los años le pasaban tan lentos que parecían lustros.

He pasado tanto tiempo sola que aún me cuesta volver a convivir con alguien, he tenido tanto miedo que sigo mirando a mis espaldas cuando voy por la calle, y he llorado tanto que ahora soy fría como la nieve.
Pero ahora mismo quiero dejar este mensaje a mi yo del futuro:
"Si estas leyendo esto y ya tienes 30-40 años o 50 incluso, recuerda como eran estos días y que la imagen de tu madre te ayude a ser fuerte como ella lo fue cuando fue necesario, no te dejes achantar por nadie y nunca dejes que te manipulen, remember who you are."