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20 de julio de 2012

how to love





Todavía me hace sonreir el hecho de recordar aquella mañana en la que nos dormimos al alba los dos juntos descansando en el mismo lecho, recuerdo como abri los ojos, te mire y seguias dormido, bese dulcemente tus labios y me levanté, me puse tu camiseta ancha, la cual me tapaba justo la ropa interior y salí al comedor con el moño mal echo y los ojos cerrados, me cogí una taza de café, me encendí el último cigarro que me quedaba y me salí a fumar a la terraza sentada en aquella silla que tenía para mis lecturas al aire libre. Recordaba en mi mente como aquella noche me hiciste la mujer mas feliz del mundo, como acariciabas con tus yemas mis mejillas y la comisura de mis labios, me estremecí al recordar como besabas mi boca despues de pasar el tiempo hablando y sonriendo sin más y como terminamos haciendo el amor cuando la luna llena entraba de pleno en el dormitorio, quizás debía pensar con calma tu propuesta, la de vivir contigo pero si algo tenía claro, es que no pasaría ni un solo minuto en que no fueras feliz a mi lado porque ver tu sonrísa me hacia sentirme especial. Viniste a la terraza, me abrazaste por detras y besaste mi pelo, me robaste uno de tus dulces y prohibidos besos y te sentaste junto a mi mientras fumabas a mi lado. Nunca te lo dije, pero desde ese momento, diste sentido a mi vida.

Desde el primer momento en que te conocí supe que serías para mi, no sé si me llamó más la atención tu ropa ancha o tus tatuajes sobre esa piel que deseaba besar, quizás el motivo por el cual mis ojos brillaban tanto como tú decías era por la sonrisa que tus labios dejaban ver cuando me hablabas. No recuerdo en que instante fue en el mordiste tus labios mientras sonreías pero te prometo que quise morir en ese instante, sentí que todo se desvanecía bajo mis pies que nada ni nadie podría pararme hasta que consiguiera robarte un beso, me invitaste a tu casa, subí y pusiste esa música que tanto nos calmaba a ti y a mi y que sin darnos cuenta era nuestra favorita, me invitaste a fumar y acepté, observabas como mi carmín rojo dejaba la huella de mis labios sobre el cigarro. Pensaba que no podría sentirme más afortunada en ese momento y entonces acariciaste mi pelo, me miraste y me besaste. No sabes el escalofrío que recorrió mi cuerpo en ese instante, mi cuerpo levitaba y dejaba atrás todos los problemas que tenía, me besabas dulce y suavemente, me invitabas al mismo paraíso en el que te encontrabas y no sé si estaba borracha de amor por ti o simplemente algo me dijo que había encontrado el amor de mi vida. Así pasamos las horas y así quería permanecer el resto de mi joven vida, por primera vez me sentí amada, me sentí mujer y descubrí que detrás de pequeñas cosas se encuentran los instantes mas bonitos y tú, mi amor, habías estremecido mi cuerpo solo con el contacto de tus labios en los míos.

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